Cuando el paciente no ayuda: las sufridoras

A lo largo de los años de experiencia profesional, quienes trabajamos con personas que tienen problemas de índole emocional podemos detectar algunos patrones según la tipología de paciente que nos encontramos. 

El caso que nos ocupa en este post es el de un perfil de mujer, mayor de 60 años (aunque no necesariamente), que suele asumir un rol de cuidadora y que se encuentra en una posición bastante sometida a la persona que cuida, generando un desajuste emocional que le crea un estado de ánimo depresivo. 

Tras la psicoeducación, se le proponen tareas que propicien un cambio conductual que le obligue a mantenerse activa, entretenida y de esa manera puedan mejorar sus emociones. Lo hace, experimenta mejoría, pero luego no continúa. Ella misma sabotea la evolución positiva que experimenta y vuelve a la casilla de salida. Es consciente de ello y lo justifica alegando que no puede estar lejos de su persona cuidada, pese a que pueda haber personas que asuman el cuidado en su ausencia.

En resumidas cuentas, no quieren recuperarse, lo cual es bastante paradójico porque, en definitiva, han acudido buscando ayuda.

A estas personas, que coloquialmente denomino “sufridoras”, les aterra la idea que poder recuperarse y ganar algún grado de felicidad, debido a la culpabilidad que les generaría que ellas estuvieran bien mientras que las personas cuidadas siguieran mal.

Indagando durante el proceso, surge la hipótesis de que se encuentren en una situación de “cautiverio” por dependencia emocional, pero no es así en todos los casos. Ocasionalmente sí que encontramos personas cuidadas que son realmente tiranas, pero también a veces estas personas facilitan que la cuidadora pueda recuperar algo de alegría. 

La única conclusión a la que he podido llegar al respecto es que se trata de un tema cultural, quizás ligado también a la religión, relacionado con el martirio, es decir, tratar de conseguir la felicidad a través el sufrimiento, y no permitirse estar bien dado que hay una persona a nuestro cuidado que tampoco lo está.

Para terminar, ¿hay algo que se pueda hacer al respecto? Según mi experiencia no, no lo hay.

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