Tengo un perfil complicado de explicar. Antes de acabar la carrera, personas más experimentadas que yo me decían que era conveniente tener varias puertas abiertas y tratar de no cerrar ninguna, porque ‘nunca se sabe’… y, desde luego, lo tomé muy en serio. Desde entonces he cabalgado continuamente entre dos tierras y tengo que reconocer que en algún momento le saqué provecho aunque, en contrapartida, siempre me he sentido ajeno al mundo en que estaba en cada momento. Veía que la gente que me rodeaba tenía una ocupación bastante clara y evidente, y a mí me costaba horrores poder explicar de manera resumida a qué me dedicaba.
Llegó un punto en que prácticamente no sabía quién era ni qué quería.
¿nunca te ha pasado?
Hace unos años tuve la oportunidad de iniciar una colaboración con una famosa clínica de lujo, asesorando a pacientes bastante particulares: celebrities, deportistas de élite, actores y actrices famosos internacionalmente, importantes personalidades del mundo de la empresa… en muchos casos personas con historias de vida muy inspiradoras, con las ideas claras y trabajando con pasión hasta alcanzar el éxito, justo lo que yo andaba buscando.
<aquí hago un inciso: también encontré muchos casos de personas ricas y aparentemente exitosas cuyas vidas son un auténtico infierno>
Me daba cuenta tras cada sesión con ellos/as que, pese a ser psicólogo con formación y experiencia profesional en Psicología Clínica, nunca había sido capaz de formularme a mí mismo la pregunta más importante: ¿cuál es mi propósito? Estaba ayudando a gente a encontrar estabilidad y equilibrio en sus vidas, cuando yo todavía no había empezado siquiera a planteármelo.
Por tanto, desde entonces me dedico en el tiempo libre que me deja mi ocupación principal a extraer ideas, conceptos y técnicas a partir, no sólo de artículos científicos, que es la lectura habitual en mi profesión, sino también de cualquier libro, podcast o noticia que caiga en mis manos sobre productividad, motivación, autoconciencia, hábitos, finanzas, ejercicio físico, nutrición y crecimiento personal, para poder aplicarlas en mis sesiones de asesoramiento a las personas con quienes trabajo. El crecimiento personal es multifactorial. Crecer implica, sobre todo, tener un propósito, pero también sentirte bien, y para ello es necesario que las áreas fundamentales de tu vida estén bien encauzadas. Y, ¿cuáles son estas áreas?
- Estado físico y nutrición
- Finanzas
- Relaciones afectivo-emocionales
- Relaciones sociales
- Perspectiva profesional
- ¡Tiempo de disfrute!
Algunos profesionales hacen distinciones entre el crecimiento personal y el profesional. No creo que sean áreas estancas. El crecimiento personal se puede nutrir del adecuado desarrollo profesional y, de la misma manera, un buen desempeño en el trabajo repercutirá en un mayor bienestar para la persona.
…RESUMIENDO…
Con toda la experiencia adquirida en estos años, he creado progresivamente un programa integral dedicado al crecimiento personal en todas sus vertientes, trabajando específicamente la motivación en primera instancia y los hábitos a continuación. En definitiva, esta ecuación definiría la conclusión principal:
Trabajo + Propósito = Crecimiento
Con trabajo y propósito se puede mejorar todo aquello que se desee. Debemos centrar el trabajo en 3 ejes prioritarios:
EJE FÍSICO
Nutrición, ejercicio físico, control de hábitos en el día a día. La puesta a punto de nuestro cuerpo contribuye a un mayor bienestar emocional.
EJE EMOCIONAL
Trabajar para conseguir equilibrio, aprenda a activarse cuando lo necesite. No debemos esperar a la motivación, porque nunca llega. El cambio empieza hoy, con ganas o sin ellas.
EJE SOCIAL
Uno es el promedio de las 5 personas más cercanas que tiene. ¿Has pensado bien en quién te rodea? Cuida tus afectos, son esenciales en tu crecimiento.