Jackpot (o esa extraña coincidencia de cosas malas que te pasan)

En su traducción literal del inglés, el término Jackpot sería algo así como el bote, la astronómica cifra que nos podemos llevar si se dan una serie de circunstancias cuando apostamos en un juego de azar. En las últimas semanas he podido ver la recomendable serie de TV “The Peripheral”, basada en una novela homónima de William Gibson, donde el autor propone bajo este término un conjunto de catástrofes globales que, coincidentes en el tiempo, asolan la Tierra. Por desgracia, pese a que la novela fue publicada en 2014, algunas de las catástrofes que se citan están ahora de actualidad (año 2022), con la coincidencia de una guerra en Europa y su correspondiente amenaza nuclear, una crisis económica provocada por las políticas económicas expansionistas que han dado lugar a una inflación brutal, una pandemia cuyos efectos todavía colean, el evidente cambio climático que estamos viviendo, una crisis energética derivada de la dependencia de los hidrocarburos y con unas energías renovables que no acaban de ser eficientes, la superpoblación que hace dudar de que haya en un futuro recursos suficientes para todos, movimientos migratorios en masa, y algunos más.

Más allá de este apocalipsis en ciernes, cuyos efectos psicológicos están siendo bastante severos, me parece muy adecuado el término de Jackpot también para abordar la salud mental de las personas. Todos podemos desarrollar un trastorno mental; ciertamente, algunas personas son más vulnerables que otras (de esto hablaremos más adelante) y tienen una mayor predisposición a experimentar estas patologías, pero eso no quiere decir que las personas más resilientes estén exentas. Y aquí es donde entra el Jackpot: una serie de circunstancias que se produzcan de manera simultánea pueden ser devastadoras para cualquier persona. Nuestra estabilidad se suele sostener en diversos ejes: emociones, motivación, seguridad, afecto, etc., nos equilibran a modo de patas de una mesa. Si falla una de las patas, la mesa aguanta, pero… ¿y si falla más de una? Nos desestabilizamos, y esto hace que las otras patas se puedan ver en peligro: si también caen, entonces tenemos un Jackpot. Si nos fijamos en las catástrofes mencionadas en el primer párrafo, todas y cada una de ellas tiene algún tipo relación con las demás, exactamente igual que en el caso de las patas de nuestra mesa, por lo que también se podría hablar de reacción en cadena (o cascada). 

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Y todo esto, ¿qué quiere decir?

Tanto desde la perspectiva de potencial paciente como desde la del profesional, se debe trabajar en todos y cada uno de los ejes que puedan afectar a nuestra estabilidad. Nadie está a salvo de padecer algún tipo de trastorno mental, especialmente los que afectan al estado de ánimo. Cuando coinciden varios problemas de manera simultánea, el jackpot resultante puede ser severo.

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